“Al vivir momentos de depresión, ansiedad y soledad, decidí por fin buscar ayuda profesional.
Agradezco infinitamente la gran sensibilidad, respeto y cuidado con el que siempre manejaste cada situación que fue surgiendo en el transcurso de la terapia, mostrando siempre un gran profesionalismo y deseo que todas las personas que se encuentran viviendo una situación como la que he vivido, tengan la posibilidad de recibir tu apoyo.
A medida que avanzaba la terapia empecé a comprender y aceptar a las personas que frecuento tal como son, no como desearía que sean y entendí que la única persona responsable de mi bienestar soy yo, nadie debe hacerlo en mi lugar, tampoco debo llevar cargas ajenas las cuales no soy capaz de resolver y no debo permitir que esas situaciones me agobien al grado de afectar mi salud física y mental.
He aprendido a recordar a mis padres con mucho amor, respeto y compasión al entender que lo que me dieron, además de la vida, es lo que eran capaces de dar de acuerdo a la formación que ellos recibieron.
Recibe mi eterno agradecimiento en un gran abrazo.”